Consejos de viaje
Uno de los lagos más espectaculares que podemos hallar en Italia es el Lago de Garda, situado al norte de la bota europea, entre Venecia y Milán, este enorme lago de agua fresca y cristalina está rodeado de montañas, pueblecitos pintorescos, viñedos y casas rurales. El lago cuenta con un perímetro inmenso de 160 km, lo que lo convierte casi en un mar.
Si buscamos un turismo muy familiar, el Lago de Garda os enamorará. Es una zona turística donde abundan los campings y cuenta con una notable influencia alemana, por su proximidad a Múnich. Podrás disfrutar del lugar tomando la carretera que rodea el lago y deteniendo tus pasos allí donde te apetezca. El lago es tan grande que no lograrás darle toda la vuelta en un solo día si quieres disfrutar de las diferentes vistas que te ofrece el paisaje. Este viaje promete una duración de casi tres días con diferentes paradas a lo largo del lago en el que, por supuesto, se permite bañarse. Las mejores aguas se encuentran en la orilla del Este, a partir de Punta San Vigilio. Algunas playas más populares son gratuitas, otras son accesibles solo previo pago.
Muchos viajan hasta Garda para visitar el pueblo de Sirmione, pero existen muchas localidades menos turísticas que valen la pena visitar, como Malcesine, Torbole o Limone Sul Garda. La zona norte es la menos abarrotada y donde el paisaje se vuelve más espectacular, con montañas de más de 400 metros sobre el lago y con casitas de colores. Pero si estáis pensando en bañaros... la orilla del este os ofrecerá muchos más pueblos cerca del sol y de las mejores aguas del lago.